El día 25 de febrero, plantamos un tecoma amarillo (Tecoma Stans (L.) Juss. ex Kunth) en el jardín que hay entre los bloques 27 y 28 de nuestra barriada, en recuerdo de aquellos vecinos que ya no están con nosotros. Al acto asistieron los presidentes de la Comunidad General de la barriada Nuestra Señora de la Oliva y de la Asociación Familiar La Oliva, así como una veintena de vecinos.
Jacinto Martínez agradeció a los presentes su asistencia e informó de las características del arbusto que se iba a plantar y, tras mencionar a los numerosos amigos que nos abandonaron para siempre, rogó un minuto de silencio en memoria de todos los vecinos fallecidos. Posteriormente, el presidente y el vicepresidente de la Asociación Amigos de los Jardines de la Oliva realizaron la plantación, y varias vecinas echaron unas paladas de tierra, en memoria de sus seres queridos. Como es tradicional cada vez que realizamos una plantación, Jacinto recitó el poema “Dice el árbol”, de Manuel Benítez Carrasco, dando por concluido el acto.
El tecoma amarillo es un arbusto o arbolito que está poco extendido por Sevilla; que sepamos, hay un ejemplar en el Jardín Americano de la Isla de la Cartuja. Los primeros plantones de tecoma amarillo llegaron a nuestra ciudad a través del Programa Raíces de la EXPO`92, donados por Colombia, donde se conoce popularmente como chirlobirlo, y por Ecuador, donde es conocido como cholán. Su nombre científico es Tecoma Stans (L.) Juss. ex Kunth. y pertenece a la familia de las Bignoniáceas. Es originario de México, pero se ha extendido y naturalizado tanto por el sudeste de los Estados Unidos como por Centroamérica y por las vertientes andinas de Sudamérica hasta el norte de Argentina. Su crecimiento suele ser rápido, y si el ejemplar está aislado o bien situado puede alcanzar hasta 8 metros de altura. Su copa, formada por numerosas ramas largas y delgadas, es casi redonda. Su tronco, bastante recto, suele ramificar desde la mitad del mismo, y su corteza, que es de color blanquecino grisáceo, presenta grietas longitudinales. El tecoma amarillo muestra una gran tolerancia ecológica para sobrevivir, es decir, que se adapta tanto a las condiciones climáticas variables como a los terrenos áridos.
Sus hojas suelen ser caducas o semicaducas, dependiendo del paralelo terrestre o de la altura en que se encuentre; en Sevilla, si el invierno ha sido frío, suele desfoliar durante dos o tres semanas. Además, sus hojas son opuestas y compuestas imparipinnadas, lo que quiere decir que al final de su raquis acanalado disponen de un solo folíolo. Cada hoja mide entre 15 y 25 cm de largo, tiene un largo pecíolo de algo más de un decímetro y está formada por de 5 a 13 folíolos de forma lanceolada y con los bordes serrados.
Las flores del tecoma amarillo, de unos 5 cm de largo y de un color amarillo vivo, tienen un pequeño cáliz semejante a una cúpula de entre 4 y 7 mm de largo y una corola de forma tubular acampanada con cinco lóbulos semiesféricos y siete líneas rojizas en la garganta; disponen además de 4 estambres inclusos (es decir, que los estambres son más cortos que el perianto) y de un ovario de tipo bilocular (con dos cavidades). La floración tiene lugar durante los meses de verano, en los que las flores dispuestas en racimos terminales se van abriendo paulatinamente.